Después de varios años de matrimonio, la vida de Paulina cambio totalmente. Su separación tuvo un componente especial. Su esposo fue perdiendo la razón, la cordura. Deliraba y la gente decía que se estaba volviendo loco. De manera literal es exesposo tenía un problema psiquiátrico. ¿Luchas con él para que lo supere o lo abandonas a su suerte? ¿Y qué hay de tus hijos?
Paulina lo mantuvo a su lado tanto cómo pudo. Sin embargo, ella misma comenzaba a perder el control de su mente. Cada mañana vomitaba por la incertidumbre de vivir con una persona así. Había un sentimiento de culpa tan solo de pensar en abandonarlo. Por si no fuera poco, una de sus tres hijas nació con Síndrome de Down. Llego el momento en que ya no pudo más. Fue por ella, por él, por sus hijas, por su vida, por su destino. La lucha era imponente, el destino era incierto; pero ella tenía que avanzar.
Sin saberlo, su herida más profunda se convirtió en su misión de vida. Hoy en día se dedica apoyar a mujeres que tienen problemas para vivir con libertad, para superar una relación e incluso ha creado un movimiento para saber cómo vivir y atender a un hijo con Down. ¿Y cómo lo logró?
Me gustaría decirte que descubrió una receta mágica que funcionará con todas, no es así. Ella comparte 3 aspectos que fueron determinantes para su crecimiento.
Responsabilidad
Tuvo que dejar de culpar a su exesposo, al destino e incluso a Dios, para tomar acción y cambiar su vida. Comprendió que, por más dolorosa y rara que fuera su situación, ella tenía que aventurarse hacía la incertidumbre para crear un nuevo destino.
Servicio
Sus primeras acciones la llevaron a servir a otras mujeres que aún no habían acumulado el valor suficiente para dar el siguiente paso. Encontró en el servicio la oportunidad de reafirmarse. Ahora, su deseo de ser feliz era un reto para dar su energía y aprendizaje a más mujeres.
Perseverancia
Los problemas jamás se terminan. Siempre hay una situación que resolver. Para algunos puede ser un gran problema o un problema sin relevancia, pero existen. Paulina hizo a un lado la falsa idea de “vivieron felices por siempre” y acepto que el camino era complicado. También que lo más hermoso era el proceso y no el destino.
Es momento de que tú también tomes la decisión que necesitas tomar. ¿Estás lista? Quizá la respuesta es no, pero nunca lo estarás por completo. Así que crea un plan y actúa cuanto antes.
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